El Gobierno impulsa una nueva ley de semillas que reconoce el derecho a cobrar por la patente

En El Ministerio de Agricultura argentino está debatiendo por estos días con las empresas semilleras y productores agropecuarios un nuevo proyecto de Ley de Semillas para modificar la norma vigente, que data de 1973.
La ley en debate contempla, como gran cambio, la restricción del llamado “uso propio” que pueden hacer los productores de semillas, sin comprar una bolsa nueva.
Actualmente, sin restricciones, muchos productores reutilizan las semillas de soja y de trigo, que dan como resultado una semilla con las mismas características y potencial que la sembrada inicialmente. Esto implica que el creador y el reproductor de la semilla no cobran por la tecnología incluida en esas semillas.
Cuando Monsanto incorporó en el país su soja RR en 1996, no pudo cobrar la tecnología, que no estaba patentada. Para no repetir la historia, la firma lanzó una suerte de campaña para sumar voluntades entre los productores que quieren usar su nueva semilla, Intacta, y dijo que consiguió alta adhesión entre quienes declararon su voluntad de pagar el “royalty” con tal de que la firma ponga a disposición su nueva tecnología.
En paralelo, Monsanto cumplió todos los requisitos técnicos y su nueva soja fue aprobada para su comercialización en el país hace un mes y medio. Detrás de Monsanto, otras grandes empresas esperan para comercializar sus innovaciones, siempre que se les demuestre que podrán cobrar por ellas. La Federación Agraria Argentina (FAA) se fue de la mesa de debate del proyecto de ley, mientras la Sociedad Rural Argentina (SRA) envío una carta al titular del Instituto Nacional de Semillas (Inase) planteando sus reparos al proyecto, por el que sólo podrán hacer uso propio un puñado de muy pequeños agricultores y los demás deberán comprar siempre una bolsa nueva para sembrar.

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