Las Turberas: el preciado tesoro de Península Mitre
Ubicada en la punta oriental de la Provincia de Tierra del Fuego A.I.A.S., y con una extensión de 2400 km2, Península Mitre posee un patrimonio natural que sido legado a los fueguinos y fueguinas ante su enorme concentración de Turberas.
Este tipo de humedal de material orgánico, cuenta con una superficie de 193.000 ha, es decir más del 70 % del total provincial de 270.000 ha. Su trascendencia radica en su excepcional biodiversidad, y sobre todo, ser el punto de mayor captura de carbono de toda la Argentina; razón primordial para el urgente tratamiento del actual Proyecto de Ley enviado a la Legislatura Provincial para legitimar este territorio como Área Natural Protegida.
Reconocidos en la Lista de Humedales de Importancia Internacional establecida por la Convención RAMSAR (de la cual Argentina es signataria mediante la Ley N° 23919), las turberas cubren el 3% de la superficie del planeta almacenando dos veces más carbono que todos los bosques del mundo. En la Argentina, Península Mitre representa aproximadamente el 84,4% de los turbales de todo el país. Por este motivo, fue destacada en la campaña “Feroz por la Vida”, Programa para el Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) junto con otros nueve ecosistemas similares alrededor del mundo.
¿Pero qué pasaría si la turberas desaparecen?
Como reguladores hidrológicos, las cuencas de las turberas controlan el ciclo del agua, lo cual es fundamental para mitigar crecidas, aportando agua en períodos sin lluvia y controlando la erosión y transporte de sedimentos. La supresión de estos humedales, provocaría que el dióxido de carbono (CO2) -principal gas de efecto invernadero- acumulado, regrese a la atmósfera logrando así un efecto contaminante.
Clave en la adaptación al cambio climático por su capacidad de capturar carbono; la protección y restauración de estos ecosistemas son una herramienta concreta que podría colaborar a mitigar la curva del calentamiento global, evitando la contaminación en las aguas, la degradación del suelo y el riesgo de inundaciones, incendios y sequías.
Actualmente, el 95% de total de las turberas de todo el país se encuentra en Tierra del Fuego A.I.A.S. Dentro del territorio podemos encontrar turberas puras como las Sphagnum -requeridas para la minería de turba-, aunque no son en absoluto el tipo dominante, ya que prevalecen turberas mixtas, con muchas plantas vasculares, como juncáceas, arbustivas de bajo porte y carpetas de Astelia. Se estima que hasta la actualidad contienen 315 millones de toneladas métricas de carbono: el equivalente a tres años de las emisiones gases de efecto invernadero del país.
Sólo la continuidad en las posibilidades vitales de las turberas se mantendrán mediante la conservación en su estado natural. Su degradación, como el drenaje, la extracción de turba o cambio en el uso de la tierra darán fin a los servicios que prestan, provocando cambios irremediables en la liberación a la atmósfera del CO2 almacenado tras su descomposición.
La creación del Área Natural Protegida Península Mitre comprende una porción terrestre, que en su mayor superficie sea designada en categorías de manejo correspondientes a “Áreas Destinadas a Uso No Extractivo y Rigurosa Intervención del Estado (tal lo establecido en Ley Provincial 272) y el Sector Marino de Jurisdicción Provincial Adyacente». Desde el primer antecedente a una solicitud con resguardo legal en 1990; ya son más de 30 años de espera, que la comunidad -secundado por distintas ONG’s ambientalistas de toda la Provincia-, llevan exigiendo por una Ley Definitiva que proteja y de justicia a una ‘maravilla natural y cultural’, en pos de conservarla, no sólo por nosotros, sino para las generaciones futuras.